El surgimiento de COVID.19 ha trastocado no solo nuestro ritmo de vida diaria, nuestras costumbres y nuestros niveles de bienestar sino todo el sistema de valores con el que nuestra civilización se ha venido desenvolviendo al menos en el último siglo.
Como factor de dificultad adicional, a la fecha, la incertidumbre no cesa. Cada día llegan, de todo el mundo, nuevas noticias, nuevos hallazgos, pero no todos son de avance en la solución y a veces ni siquiera en la comprensión cabal del problema.
Reunirnos es parte de nuestra naturaleza humana, pero para nosotros es nuestra actividad esencial, motivador profesional, nuestra vocación, modo y forma de vida. En las reuniones que nosotros producimos se dan, además, los más valiosos intercambios sociales y humanos, académicos e intelectuales, comerciales y de negocios. No exageramos cuando hablamos de que el mundo evoluciona de la mano de las reuniones.
Por lo anterior es momento de cerrar filas y hacer, cada quien, nuestra parte de acuerdo a nuestras posibilidades y en el ámbito de nuestras competencias para operar eventos presenciales dentro de esta nueva normalidad en dos tiempos: la temporal en la que debemos construir y seguir protocolos que reduzcan el riesgos de contagios y sus afectaciones resultantes y la permanente donde, una vez encontrada y distribuida la cura, volveremos a disfrutar de las condiciones de antes pero, estoy seguro, con una mentalidad evolucionada.
Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones
https://comir.org.mx/
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